viernes, 3 de septiembre de 2010

lunes, 9 de agosto de 2010

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En qué tipo de Casillero instante encontrar el cuadrante donde duermes sola los inviernos y las gotas de polvo; Qué requisitos se necesita para reservarte en la biblioteca de tus pretextos y qué motivos tener para recomendarte con los pasajeros de un tren que ya no transita.
Cómo será el último renglón de tu imagen; la primera letra, el diseño de carátula, el tipo de hilo que aferra las memorias, los espacios vacíos; cómo será leerte en la mañana prendido a la taza del café, deletreando la inercia del día; Cómo será seguir tu historia, como un pasaje sueño sin boleto de regreso, al pie de tus ojos, palabra por palabra.
Sentir tus dedos suspensivos y suspenso, Sentir tus labios clínicos, ebrios de un linaje Can Can personificado con ilustraciones Lutrecnianas, quedarse dormido entre tus pestañas separadores de libro y pasar mis manos por cada hoja de tu piel Best seller como si fueras el olvido literario más clandestino.
Calar la pasta dura de antifazlobo y sangrar la tarde entre efemérides absurdas, mostrar el secreto de la luna sobre almidonados silencios y quedarse dormido sobre el lector leído.

sábado, 29 de mayo de 2010

Bajo el movimiento bóveda de un rinconcito suerte,
pensarse entre los brazos tímidos de unos labios puros.
Pensar por ejemplo, que el amor deviene en secuenciales formas;
que se exhibe como una tormenta de quietudes ambiguas y
que la mañana incierta solloza risas alboradas que transfiguran alegrías en el rostro.
Pensar por ejemplo, que la luz deletrea los poros dormidos y
el olfato silencio de tu piel, que ni-mi-edad reconoce,
es un trazo líquido sobre nodos llantos y analogías serpentinas de saltos infantes;
de globos dulces, de golosinas andantes,
de paisajes inasibles y secretos disonantes.
Pensar sin ejemplo ni ejemplificados y juntar las manos,
ampliarse, dilatarse, extender los párpados, las venas, los latidos;
elevarse tantito al abismal abismo y entre redundantes vuelos callarse la palabra olvido
y adentrarse en el otro, piel adentro;
visceral, náufrago y navío .

jueves, 20 de mayo de 2010

para sórdudas y sordos

Llevo unos días en que me siento como un desconocido de mi mismo, como si estuviese a cinco metros de distancia de mi cuerpo, todo sonido me llega envuelto entre repiques de campanas y pitidos de un tren que se aleja y oigo el eco sordo de mi respiración como si fuesen pisadas en la nieve; ni mi voz reconozco, es como si alguien hablase por mi utilizando una distorsionada voz de doblaje. El peso de mi nariz es como un muro de ladrillos verdes que han colocado ante mi y en el que pego cabezazos involuntarios, medio mundo no existe, medio mundo ha desaparecido de mi interior, siento tras mi cara un pesado y denso vacío.

miércoles, 19 de mayo de 2010

El viento seduce la atmosfera intangible, el olvido que seremos se esfuma entre la tarde de unos labios tristes, la palabra Eureka sin inventiva alguna reposa tímida sobre el comedor de tres payasos nombres sin relatos viajes.
La ausencia permanece entre dos líneas de la calle y los pasos vacilantes de un zapato roto. Las escaleras que conducen a un laberinto de ladrillos anagramas, las arquitecturas variables y los anónimos recintos. La espera de una mujer embarazo con tres recuerdos en los bolsillos y una lluvia que deletrea el aire.
Desdibujados celestes en la mirada altiva, un columpio en rotación discontinua y la palabra adiós de una madre alcohólica.
Dos gaviotas gallinazos circundando el azul grisáceo, los objetos en acumulación pirámide en la extensión del tercer piso llamado terraza, una muñeca de trapo entre los depósitos naranjas y el sonido artificial de un pájaro estatua entre los árboles.

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martes, 18 de mayo de 2010

Detenerse en el cielo entre líneas rayas de paredón asfalto y entre cal –y- ¡zas! Piedras, dibujar trazos algunos, urdimbres silencios y nodos tangibles y ante la mirada eco de otros ellos, dejar pasar la inercia de memorias adyacentes sobre la ciudad recuerdo.

lunes, 17 de mayo de 2010