TEDIOS

Cansado de las canciones débiles, de los cascabeles cuerpos, de las serenatas PVCianas y de los espacios voces de piel encuentro, de las dudas de bolsillo estoy cansado; cansado estoy de los tabúes en Do mayor de Juana la loca y los silencios dolos de Juanito re-cuerdo.

Cansado de tu retórica pregunta, del mar color azul y de las mujeres bipolares.

Cansado de la niña rosa de papel columpio, de los mundos de plastilina blanca y de la palabra mariposa. Cansado de que me sientas uno más de tus pretextos historiales para preservar la especie sin oscilar en caìda libre la danzante lírica de un beso.

Cansado de estar sentado y ser implume 142 veces al año.

Cansado de tu amor novela de centradas fugas, de tu camisa impecable y de tu voz rayuela.

Cansado estoy de la vecina, del perro de doña Gloria y de las lìneas eróticas del travesti del cuarto piso.

Cansado de quitarle la n a la palabra cansado (con la vida). Cansado de soñar que siempre se me cae un diente, de convulsionar en la cama y dormir con un cuaderno de cuadricular formato para digerir una idea que no decide morirse en otra parte.

Cansado de tomar biocros porque el tinto sin azúcar no hace efecto; en efecto, cansado de estar cansado.

Cansado de no poder caminar tranquilo, de tener cenas no románticas con la psiquiatra, de tener 6 años en un cuerpo de 25 y de discutir con las polillas sobre el calentamiento local (mi cuarto).

Cansado de las limitantes y los límites, del verde nevera de abuelita, de la topografía de mis manos y las palomas búho del taller orquídea.

Cansado de que me roben el encendedorcandelasbriquè, de que se altere la cromática visual con el aire acondicionado y con el acondicionamiento del aire, bailando un porro o un vals sobre una mesa parquesina de seis o cuatro encuentros vidas.

Cansado de los sordociegomudos que escuchanhablanven, de Pablo Picasso, de las marchas gay (¿pa´ qué?), de tanta galaxia estoy cansado; cansado de las filas bancos, las citas papeles y las noticias de penúltima hora. Cansado de no tener a quién susurrarle El Principito antes de acostarme. De tomar tetero, de llevar la boina de mi padre como una prótesis, de llorar despierto y soñar a lágrima viva.

Cansado.

Cansado de que te calles los costados, de tus besos preservados y preservativos,
De las historias para-lelas y los binomios ambientes de una canción desvelo, del velo de las señoras iglesia y los rostros clandestinos.

Cansado de las llamadas lúbrico- sospechas y el relato olvido de tu idilio esquema,de los paz-aporte de viajes con regreso y las personificaciones pluripolares de un celoide cuerpo en llamas, cansado de las lenguas mudas con los ojos ciegos y los espejismos silencios de una mujer esfera.

Cansado de las palabras gentes y el mundo inter-minado, de las muertes caricias, de las miradas suicidas, de la extensión radial de mi mano sobre paisajes grises, del movimiento del hombre estatua calcinado, de las tres palabras no dichas y las 23 preguntas en forma de pregunta. Cansado de los llantos y los llantídos, de las lagrimas atonales y los llantos fingidos

De las 38 llamadas pérfidas y pérdidas, de las mujeres insomnio, de las devoluciones y los devolutivos, cansado estoy de tu vida e(s)téreo con inventos plastilina, de tus unilaterales entendidos, de tus gustos disgustos, de tus dilemas voces y tu universo entre-latidos. No tanto. De tu personalidad salina y tu sonrisa poco contagiosa, cansado de andar con zapatos, de tanto pato y patitos feos, cansado del papa y la terminación de sus orejas, de las elecciones apolíticas y de las promesas, esas, de ningún cumplido. Cansado de las escupas y los ex-cúpidos, de los equívocos y los equivocados, de los alados afligidos de los no ídos y los re-cuerdos.

Cansado.