BAGATELAS

Lanzarse en caìda libre al cuartito oscuro de tus ojos y revelarte un secreto no decible entre tus labios.
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Evaporarse como un suspiro, quedarse en Si# mismo frente al piano y darle formas simples al espacio para no verte.
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En un relato de Piazzola inmune vago en-canto sobre tus variables dramas, tus silencios brisas y tus lágrimas flores. (Marcharse).
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Quiero fugarme al dédalo silencio de tu boca y divagar ebrio de quimera tu tristeza al vaivén de la Cumparsita.
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Puedes relatarme 360° de espacio temporalidad cuarteada, puedes relatarme vos allí entre voces no lejanas; ¿cuántas pieles tienes, tu cama, tu ventana, el viento, los paredones, la noche entre tu boca y tus níveas manos esperando el sueño?
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¿Te quedarías de este lado de la vera para desconocernos entre lluvias tiempos y relatos con-sentidos?
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Prenderme a la cornisa de tus miedos y atra-Besarte en un silencio intangible.
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Soñarse con palabras blancas entre eclipsados matices borrascosos.
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Darle de beber olvido a los pájaros que habitan de recuerdo tu memoria e
impregnar de sol el semblante sísmico de tus silencios baldíos.
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Llorar el enajenado aroma de tu ausencia entre fraseos no perceptibles y trasegar declive la sonata alquimia de tu voz danzante.
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Admitir una variable de parpadeos cielos, gritar en secuencia los sonetos círculos y pensarse olvido entre soledades vagas.

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Los pajaritos se fueron acomodando como acordes entre las líneas pentagramas de los postes. 6:32 pm.
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Sentarse, describirse pálido y de tan blanco ajeno llorarse, contar las plumas como margaritas y abreviar en silencio el silencio.
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Dibujarle un final incierto a la caída de una hoja.

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No leer Las mil y una noches con un curso de lectura rápida.
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Saborear un epitafio entre tu mirada esquiva y preludiar fraseos de serenatas diurnas orbitando el epicentro de tu melancolía.
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Disfrazarme de antinomia y atragantarme ensalmo con tu hiel alquimia.
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Deletrear cada uno de tus poros y desenfocar los puntos magentas en una sala de edición ubicada entre tu boca.
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Traer la calma, las palabras cuerdas, las notas versos y el llanto no decible hasta el rincón secreto de tu mirada ausente.
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Meterse en la piel del otro, despojarlo de sus poros, de sus gritos, de sus palabras. Nacer en su silencio, en su llanto vivir quedarse, llamarlo por su nombre y compartir con él la tarde.

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Pensando en una hormiga cubierta de patos y en las instrucciones no leídas de Cortázar.
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La noche exilio dormitando entre mi boca, invernó silencios soles llorando tu partida.
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Soñarse vestido de sueño, con los ojos vendados y el cuerpo suspendido. Sobrevivir, entretejer el llanto, amamantar la idea de sentirse vivo y saber despertarse entre el silencio de una hoja.
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Cada letra tiene su propia soledad como cada hombre tiene su propio silencio.