jueves, 20 de mayo de 2010

Llevo unos días en que me siento como un desconocido de mi mismo, como si estuviese a cinco metros de distancia de mi cuerpo, todo sonido me llega envuelto entre repiques de campanas y pitidos de un tren que se aleja y oigo el eco sordo de mi respiración como si fuesen pisadas en la nieve; ni mi voz reconozco, es como si alguien hablase por mi utilizando una distorsionada voz de doblaje. El peso de mi nariz es como un muro de ladrillos verdes que han colocado ante mi y en el que pego cabezazos involuntarios, medio mundo no existe, medio mundo ha desaparecido de mi interior, siento tras mi cara un pesado y denso vacío.

2 comentarios: