sábado, 1 de mayo de 2010

Treintayunavo día del mes diez

Bailarina de cincuenta centímetros de estatura,
Un hombre araña sin hombre y sin araña,
Un médico de quinto de primaria con el delantal de su padre que nunca fue médico,
Una brujita que seguramente asustaría a las hormigas por su estatura,
Una dama antigua en plena virtualización,
Un bufón sin corte con una camisa del atlético nacional,
Un perro en forma de hombre que lleva de una cadena un hombre en forma de perro,
Una mariposa de esquina que siempre lleva su disfraz entre las piernas.

Los obreros permanecen trabajando, otros se disfrazan de obreros,
Un mariachi le da serenata a un balón de fútbol,
Una odalisca que no sabe bailar ni decir adioses,
Una bomba disfrazada de bomba de gas,
Una niña que toca en la banda de las escaleras de su casa,
Una vampiresa que baila ritmos tropicales,
Caperucita roja vestida de amarillo, sin manzana y con un celular en la mano,
Una muñeca con rostro de muñeca y con el vestido de la primera comunión,
Mickey Mouse bailando con los caballeros del zodiaco,
Batman tomando tetero y con músculos de revista,
un pollo blanco en los brazos de un pollo negro,
una mujer disfrazada de espera, un mimo imitándose a sí mismo,
un niño disfrazado de estómago inflamado,
una soledad que no termina y prefiere quedarse sola.

Hay un disfraz disfrazado de disfraz,
Una pareja imitando el abrazo de Klimt,
Un disfraz anónimo con dos bases para no perder el equilibrio,
Un hombrecillo disfrazado de espejo,
Un rey Arturo sin batallas, sin historia y con un bautizo por-venir,
Una sombra disfrazada de hombre, un hombre disfrazado de sombra,
Una chispita mariposa que no conoce a su padre ni entiende por qué le prenden fuego,
Un abrazo de Klimt que se deshace como las tormentas de Turner,
una princesa que pide monedas para comerse un pan,
una fresita que parece una pasa con círculos rojos,
un hada madrina aferrada a la tierra y con alas de plástico,
una mujer de tres décadas, disfrazada de bastón,
lleva a su madre que aún no entiende sus piernas,
un perro que lleva toda la vida disfrazado de mejor amigo,
un príncipe que no conoce el árido corazón de la mujeres,
unos boyacenses vestidos de paisas,
a mi sobrino que ya no le queda el disfraz del año pasado y prefirió disfrazarse,
una adolescente que se viste de piernas al viento para no sentirse sola,
un abogado que prefirió quedarse debajo de la cama,
un guitarrista clásico a la moda,
una mujer con los crespos hechos, hechos a la medida de su estatura,
un niño descalzo que me recuerda mi infancia y un hombre disfrazado de escritor,
una soledad que no termina y prefiere quedarse sola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario